La mitología en el Museo del Prado


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Tras destronar a su padre, Cronos le sucede, se une a su hermana la Titánide Rea o Cibeles, que dio a luz a la segunda generación de dioses: Hestia o Vesta, Deméter o Ceres, Hera o Juno, Hades o Plutón, Posidón o Neptuno.
Pero, Cronos, conociendo la profecía según la cual él también sucumbiría a manos de su propio hijo, se comía a sus hijos a medida que iban naciendo.
Aquí tenéis dos versiones del mito, Cronos devorando a uno de sus hijos, la primera de Rubens, la otra de Goya.








Cuando estaba a punto de dar a luz al más pequeño, Zeus o Júpiter, Rea se dirigió a la isla de Creta y allí tuvo a su hijo en una cueva. Lo criaron los Curetes y las ninfas Adrastea e Ida, que alimentaron al niño con la leche de la cabra Amaltea. Rea entregó a Cronos una piedra envuelta en pañales que él se comió creyendo que era el niño.
El cuadro de Poussin que veis a continuación representa a Júpiter alimentado por la cabra Amaltea. Aunque este cuadro se encuentra en Berlín, por tanto, no podremos contemplarlo en el Prado.
Jupiter alimentado por la cabra Amaltea-Poussin

Cuando Zeus creció se vengó de su padre con la ayuda de la titánide Metis. Esta le dio a Cronos un bebedizo que le obligó a vomitar primero la piedra y después los hijos que había devorado.
Los hermanos de Zeus, después de volver a la vida, le ayudaron a luchar contra Cronos y sus hermanos, los Titanes.  Esta lucha se conoce como la Titanomaquia. A esta siguieron otras luchas, la Gigantomaquia, contra los Gigantes, y la Tifonomaquia, la lucha contra Tifón, un ser monstruoso engendrado por Gea y Tártaro para vengarse.
Finalmente, Zeus y sus hermanos resultan vencedores. Se reparten el dominio del mundo, ostentando Zeus el dominio supremo del universo. Posidón, el del mar y Hades, el del mundo subterráneo.

Zeus estaba casado con su hermana Hera que le dio tres hijos: Ares/Marte, dios de la guerra, Hebe, diosa de la juventud, e Ilitia, diosa de los partos.
Pero Zeus tuvo amoríos con otras diosas y mujeres. Por lo general, se metamorfoseaba en distintos animales para conseguirlas.
A continuación vemos el cuadro de Rubens, El rapto de Europa. Para conseguirla se transformó en Toro. Europa era una princesa fenicia, mientras jugaba en la playa con sus amigas, apareció Zeus con forma de manso toro, ella se acercó a él y viendo que no le atacaba se atrevió a subir a sus lomos, entonces Zeus echó a correr y no paró hasta llegar al continente que ha tomado su nombre del de la princesa.

                                    

                                  El rapto de Europa

                   







 La foto que aparece sobre estas líneas representa también a Europa, es una pintura sobre un vaso cerámico, en concreto una cratera, que servía para mezclar el vino con agua. Se conserva en el museo del Louvre, procede del sur de Italia y tiene más de dos mil años de antigüedad.  La cabeza de Europa, que es la figura que está en el centro, aparece en los nuevos billetes de cinco euros.


A Dánae, la madre de Perseo, la sedujo en forma de lluvia de oro. Hay un maravilloso cuadro de Tiziano en el museo del Prado que representa esta historia.
                                     

                                     Dánae recibiendo la lluvia de oro

 Para conseguir los amores de Leda se transformó en cisne. Así un sinfín de amoríos. Por lo cual es natural que Hera, su esposa, estuviera celosa y perseguía de forma implacable a las amantes de su esposo.
 Así por ejemplo Io, una joven a la que Zeus convirtió en ternera para librarla de los celos de su esposa, pero Hera le puso al lado a un pastor llamado Argos, que tenía cien ojos y nunca dormía, para que la vigilara. Zeus encargó al dios Hermes matar al pastor, que es lo que representan los cuadros que veis a continuación. El primero de Rubens, el segundo de Velázquez.


                


                

   Posidón es el dios del mar y de las aguas en general. Gobernaba los mares con su tridente, regalo de los Cíclopes,  y su carro tirado por caballos blancos.
                                           
                       

  Otra de las hijas de Cronos y Rea es Deméter o Ceres, junto con su hija Perséfone o Proserpina protagonizan uno de los mitos de mayor belleza.
 Hades, el dios del mundo subterráneo, se enamoró de Perséfone y la raptó. Deméter se desesperó al enterarse de la desaparición de su hija y recorrió el mundo buscándola. Entretanto la esterilidad se apoderaba de los campos y la humanidad padecía una hambruna terrible y estaba a punto de perecer cuando intervino Zeus. Éste envió a Hermes al Hades en busca de la joven. Pero éste le había dado a comer unos granos de granada, por lo que quedaba ligada al mundo de los muertos. Entonces Zeus decidió que la joven pasaría la mitad del año en el Hades con su esposo y la otra mitad regresaría a la tierra con su madre.
Este mito servía para explicar el ciclo de las estaciones del año.